Mi tesoro, mi princesa acuática Caroline Sophia

Por: Lisandra Ramos

«Así que también dancé en el agua, movía mi cuerpo de un lado al otro, mi doula me sostenía y mi esposo estaba frente a mi esperando a nuestra niña.»

Hace 8 años viví la experiencia de dos cesáreas. Con los años aprendí que mis cesáreas habian sido innecesarias y que no había vivido una experiencia natural. Así que tomé en mis manos la decisión de orientarme y seguir mi instinto de mujer. Deseaba realizarme y sentirme completa. Le dejé saber a mi ginecólogo mis intensiones pero él siempre me vio como otra cesárea, no me escuchó, no me brindó la confianza que necesitaba como mujer.

Continué buscando opciones hasta que llegue al Centro MAM, allí conocí a Vanessa Caldari, ella me ofreció las clases para prepararme para el parto. Junto a ella ví la luz que estaba buscando, ella era el ser que iba a darle vida a mi sueño de madre. En las clases aprendí mucho, junto a mi esposo tomamos la desición de que Vanessa fuera nuestra partera y tener un parto en el hogar. En las visitas, Vanessa nos brindaba ese amor y seguridad que no habíamos tenido anteriormente, yo como mujer embarazada necesitaba esa fortaleza, necesitaba su confianza en mí, la seguridad de que podría lograr el sueño de tener un parto natural y respetado. Durante las próximas semanas estuvo muy pendiente a mi salud y al estado de mi bebé. Cuando cumplí las 40 semanas, mi Partera me indicó que estuviera tranquila y que me relajara porque pronto llegaría el momento. Así hice, visitaba la plaza, meditaba y me preparaba para ese momento tan hermoso que estaba por llegar.

Mis primeras contracciones comenzaron lunes y ese día boté el tapón mucoso. Las contraciones no eran muy seguidas, llegaban cada media hora. Vanessa y mi doula Nilmarie me llamaban y me brindaban palabras de aliento. Yo estaba muy decidida de como iba ser mi parto, pero la verdad nunca me imaginé que la experiencia iba ser tan gratificante, a veces siento que no tengo palabras para describirlo. Mi partera y mi doula vinieron a visitarme y a chequearme pero todavía no estaba de parto, me aconsejaron estar tranquila y hacer cosas que me gustaran para distraer mi mente y así lo hice. Visité la playa, allí meditaba con el sonido del mar y su agua tranquila y suave relajaban mi cuerpo.

El jueves a las 3:00 pm comencé a sentir unas contracciones más fuertes y seguidas eran cada 2 minutos, mi esposo llamó a nuestra partera. A eso de las 7:00 pm llegaron a mi hogar, Vanessa, Nilmarie y la asistente partera, Gina. Ya mi esposo tenía la piscina llena, el ambiente estaba organizado, mientras yo trabajaba cada una de las contracciones. Por primera vez, estaba sintiendo que mi bebé estaba por llegar al mundo, pronto estaría en mis brazos.

Tuve momentos hermosos, baños calientes, estuve acostada junto a mi esposo, mi doula dándome cariño y masajes para ayudarme con los fuertes dolores. Mi madre le brindaba gustitos en la cocina a mi equipo de trabajo. Yo continué meditando y danzando con mi cuerpo para vivir cada contracción con mas intensidad. La danza me llevó a sentir como me conectaba con mi cuerpo y mi parto. Sentía a mi hija y como ella también estaba haciendo su parte. Recuerdo que me hicieron teses y me pasaban paños con un aroma tan relajante, todavía puedo recordar el olor que estuvo junto a mi durante el parto.

A las 4:20am comencé a sentir un deseo inmenso de pujar, claro que como era mi primera vez creía que deseaba ir al baño, pero no, mi bebé estaba bajando por el canal y estaba lista para llegar. Así que Vanessa me acostó en la cama y me dijo: «Siente a tu niña, ya esta asomándose» y la sentí con mi mano, eso me hizo sentir tan feliz, sólo deseaba entrar a la piscina y pujar para que ella saliera. Cuando entré a la piscina sentí un alivio increíble, las contracciones fueron poco a poco bajando la intensidad y lo que sentía era el pujo. Así que también dancé en el agua, movía mi cuerpo de un lado al otro, mi doula me sostenía y mi esposo frente a mi, esperando a nuestra niña.

A las 4:46am luego de un descanso de casi 10 minutos tuve un deseo de pujar tan fuerte que todo mi cuerpo se estremeció y salió la cabecita de mi niña bajo la luz tenue, el sonido de la música relajante, el agua tibia y las palabras de amor que decía mi madre. Sin mucho esfuerzo nació, su padre la recibió, la sacó del agua y la colocó en mi pecho. En ese momento no tuve palabras, me sentí realizada como mujer y como madre, tuve a mi niña como yo había deseado, el tenerla en mi pecho, verla, abrazarla, ser testigo de su primer llanto, son detalles que jamás olvidaré.

Papá estuvo a nuestro lado todo el tiempo. Cuando el cordón umbilical dejó de latir fue él quién lo cortó. Gina, Nilmarie y Vanessa siguieron pendiente a mi, pero a su vez no interrumpieron el hermoso momento entre nosotros.¡Trabajaron tan hermoso juntas! No tengo palabras para agradecerle con todo mi corazón el que hayan estado junto a mi en esta maravillosa experiencia. Por primera vez pude vivir mi parto como yo lo quería, nadie me lastimó, fue mucho más de lo que había soñado. Le doy gracias a Dios por haberme llevado a Vanessa y por poder lograr mi sueño. En éstos dos meses que llevo junto a mi hija he llegado a experimentar una conexión hermosa. Espero motivar a otras madres a que confién en sus cuerpos y vivan una experiencia de parto maravillosa.

Las historias de nacimiento publicadas en Historias de Parto, no son de la autoría de ninguna de sus fundadoras (Adamarys Feliciano, Yarilis García o Heidy Norel). La edición a los escritos es parcial y responde únicamente a asuntos de lenguaje.

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10 pensamientos en “Mi tesoro, mi princesa acuática Caroline Sophia

  1. yo tuve una sesaria!! mi primira y unica hija ya va para 4 años y espero que cuando tenga yo mi segundo hij@ pueda tenerlo natural, yo estuve a punto de pujar pero disque el gine no sentia la cabecita y me envio a sesaria ya que la nina supuestamente estaba flotando y se podia aholcar. yo dilate bien y di mis medidas espero un dia poder lograr mi sueno de un parto natural!!!

    • y lo tendras!!! confia en tu cuerpo y asi sera. Yo tuve dos cesarias y despues de 8 años conoci a las personas correctas en el momento correcto las cuales me ayudaron a confiar en mi cuerpo y mi parto…

  2. que hermoso y que grato es ver cada día que muchas mujeres están experimentando la belleza de parir como Dios así lo quiso… Dios los bendiga bella historia y que siga la danza

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