Una aventura llamada Mauro

Por: Jovanna Vélez

«…mi miedo a otra cesárea era más grande que el miedo a parirlo de nalgas…»

Fue una decisión bastante fácil, otra cesárea o parir a mi hijo como estaba. Obviamente decidí por la mejor opción para mi salud mental.
Mi hija nació hace casi 6 años atrás por medio de una cesárea ya que estaba de nalgas. Mis ginecólogos de ese entonces no te daban ningún tipo de opción, ni tratar de virarla ni hacer ejercicios, etc. Claro está, yo ignorante al fin no cuestione ni busqué información adicional. Creo que todo pasa por algo.

Cuando quedo embarazada de nuevo busco alternativas ya que aquellos ginecólogos me habían dicho que no hacían VBAC y yo sabía que si se podían hacer. Mi doula Annette Tomey me recomendó que fuera donde el Dr. Ramón Pérez, que él me aclararía cualquier duda que pudiese tener y así hicimos. Yo tenía muchas dudas ya que también nos habían dicho que yo tenía un útero bicornio (útero en forma de corazón) y que por eso era que mi hija no se había podido mover. El doctor Pérez nos contesto todas nuestras dudas y decidimos que era con él que queríamos parir, especialmente porque sabíamos que hacia partos en la casa con la ayuda de una partera y eso era algo que también yo quería lograr en este embarazo. El sabor de la cesárea me dejo tan traumada que le cogí antipatía a los hospitales.

Me encanto todo el cuidado prenatal; las visitas eran en mi casa, me hacían los sonogramas ahí con mi familia presente, el doctor y Diana (partera) le aclaraban las dudas a mi familia cuando las tenían, en fin, fue una experiencia ÚNICA . A partir de mis 24 semanas aproximadamente se dieron cuenta que el niño estaba sentado, ya yo me lo sospechaba pues al haber tenido a mi hija sentada también durante todo el embarazo, ya sabia más o menos y sentía su cabecita debajo de mis cotillas. Ya sabiendo que venía mi hijo sentado también, pues demás esta decir que me empecé a preocupar. No sabía que me iba a decir el Doctor Pérez y aunque sabía que él era de los que intentaba todo por virarlos, siempre tuve la incertidumbre de que pasaría si no lograba virarse a pesar de todos los esfuerzos.

El doctor trato en dos ocasiones de virarlo pero el chico no quería y ya yo en mi mente sabía que lo quería parir así, lo que me faltaba era hablar con mi doctor a ver que me decía al respecto. Cuando él fue por segunda vez a tratar de virarlo me preguntó «pues, si no se vira, ¿te atreves a parirlo de nalgas?» y obviamente ya sabemos las contestación. Ya yo había hablado con Diana y le había comentado anteriormente que si el chico no se viraba yo quería parirlo así, que mi miedo a otra cesárea era más grande que el miedo a parirlo de nalgas, así que me imagino que le tuvo que haber dicho algo. Nunca deje de hacer mis ejercicios a ver si lograba moverse, pero ya yo me preparaba para un
parto de nalgas. Me puse a leer de todo lo que tuviese que ver con partos «breech», vi cuanto video puedan imaginarse, etc. También busque la ayuda de mi doula Annette ya que ella había parido a una de sus hijas de nalgas también. Fue una preparación intensa, me tuve que preparar física y emocionalmente, pero la FE que tenía en Dios era bien grande. Yo sabía que todo iba a salir bien y que no había marcha atrás ya que mi mayor miedo era terminar en un hospital.

Entonces llegó el día, a las 4:00am de mis 40 semanas y 3 días sentí las contracciones y sabía que iba a parir. Le envié un texto primero a Diana como a las 7:00am para decirle que mis contracciones estaban cada 3 a 4 minutos. Luego le envié un mensaje a mi doula Annette para también decirle, ya que ella vendría desde Las Marías y sabía se tardaría sus 2 horas en llegar. Cuando llega Diana y me chequea me dice que estoy en 1/2 centímetro y yo le digo que no puede ser porque yo estoy de parto y voy a parir jajaja.

Llega mi Doula y me dice que me pare de la cama, que estamos de parto activo y me pone a hacer «squats» entre contracciones, me da con que quiero ir al baño a evacuar y rompo fuente luego de 30 a 40 minutos de hacer ejercicios con ella. De ahí todo empezó a ponerse intenso. Pase el parto en mi baño un rato, luego quise la piscina y estuve un rato ahí, pero cuando me dio con pujar, lo que quería era estar en mi cama, y ahí fue que di a luz. No puedo negarlo, en varias ocasiones dude de mi tolerancia, pensaba y me decía “ aquí está el doctor, le voy a decir que nos vayamos al hospital que quiero una epidural o que me haga una cesarea” jajaja. Fue una labor intensa. No puedo explicar lo intenso de las contracciones, pero si no hubiesen sido así no creo que hubiese podido parirlo de nalgas. Definitivamente Dios hace el cuerpo perfecto porque gracias a esas contracciones fue que pude pujarlo. No tengo palabras para describir la emoción y el amor que te da cuando ese niño por fin nace, ya entiendo lo de la oxitocina! Te entra una sensación de amor y de agradecimiento que lo único que quieres hacer es llorar de la emoción y agradecerle a todo el mundo por todo lo que han hecho por ti. Hoy sigo dando gracias a Dios por haber estado conmigo y por haberme puesto a los ángeles que me puso en el camino, a Diana, al doctor Pérez y a mi hermosa Doula, sin ellos no lo hubiese logrado.

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7 pensamientos en “Una aventura llamada Mauro

  1. WOW HISTORIA REAL DE VALOR Y OTRA MAS DEMOSTRANDO QUE SE PUEDE TE FELICITO GRANDEMENTE NO TAN SOLO TE APODERASTE DEL PARTO SINO QUE LO HICISTE TUYO NO SOLO LO PARISTE TAMBIÉN LO HICISTE UN vbAC Y DE NALGAS Y EN LA CASA WOW ADMIRACIÓN TOTAL MUY BUENA HISTORIA

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