Por: Ydallys Y. Gándara
«Estuve en la cama sin derecho a moverme, mi esposo me acompañaba, las contracciones se ponían más intensas cada vez…»
Esta historia comienza hace 7 años atrás, con mi primer embarazo, ((mi primogénito Josean Yaniel)). Apenas tenía 19 años. Estaba muy emocionada pues era mi primer bebé y anhelaba con todo mi corazón traerlo al mundo de forma vaginal (ya que para entonces no conocía la diferencia entre un parto vaginal y un parto natural) “Solo quería parir”. Me cuidé durante todo mi embarazo para poder lograrlo y el mismo fue muy saludable. Mi fecha probable de parto era para el 13 de febrero de 2005. Tenía cita con mi OB Gyn el día antes de cumplir las 40 semanas (12 de febrero de 2005), ese día el Doctor me realizó un pélvico y me dijo que estaba en 2cm que si en la noche sentía dolores fuera para el hospital que de lo contrario me presentara a las 8am en admisiones sin comer nada desde las 12 de la madrugada. Obviamente durante la noche no me dieron dolores pues aún no estaba de parto, así que me presenté al hospital al otro día sin saber lo que me esperaba (justo ese mismo día cumplía 40 semanas).
Hasta ese día mi doctor decía que yo iba a ser parto vaginal y yo confiaba plenamente en él. Me suben a sala de parto, yo tenía una sonrisa en mi rostro y las enfermeras se burlaban de mi diciendo: “mírala que tranquila, la verás orita”. Me llevan al cuarto y sin decirme nada el doctor me rompe fuente y me administran pitucina (de hecho me enteré que me puso pitucina porque se lo dijo a mi mamá y ella me lo dijo mucho tiempo después). Estuve en la cama sin derecho a moverme, mi esposo me acompañaba, las contracciones se ponían más intensas cada vez, de vez en cuando llegaba el doctor a realizarme pélvicos.
Cerca de las 12 del mediodía me dice que estoy en 3cm que no había progresado y que el bebé era muy grande y que yo no podía con él, que me tendría que hacer una cesárea (que descaro en realidad una inneCESÁREA). Yo con mis dolores le decía que no me hiciera cesárea, pero él insistía que yo estaba sufriendo mucho por los dolores (cuando nunca me quejé) y que bebé era grande, cuando simplemente fue una inducción fallida, todavía no era tiempo de mi bebé nacer. Las enfermeras muy “amablemente» me pusieron el foli ahí mismo sin anestesia ni nada, me lastimaron y fue muy doloroso. Me bajan para sala de operaciones a realizarme la cesárea, durante el proceso el doctor lo que hacía era hablar de su reciente viaje a Brasil mientras extraía a mi bebé de dentro de mí. Yo no paraba de temblar desde que me administraron la epidural. En sala de operaciones ya mi esposo no estaba conmigo, solo personas desconocidas para mí.
A las 12:35pm nació mi bebé, tan pronto lo escuché llorar lloré de alegría, la cortina que tenía frente a mí no me permitía verlo. Me lo pusieron a mi lado un segundo, yo estando con mis manos amarradas me esforcé para llegar a él y darle un beso, se lo llevaron y no lo pude ver ni cargar hasta el otro día, me lo arrebataron después de tanto tiempo en mi vientre, acababa de nacer y no lo pude cargar ni mucho menos lactar, se lo llevaron lejos de mí, sentía un vacio inmenso sin mi bebé. Aun así fue el día más feliz de mi vida, y sabía que prontito estaríamos juntos y no nos separaríamos jamás.
Mi hermoso cano llegó al mundo el 13 de febrero de 2005, tenía 40 semanas de gestación, pesó 8lbs 1½oz midió 20pulgs. su pecho y cabecita midieron 13pulgs.
Segunda parte del relato aquí.
bueno chica por lo menos esta bien y saludable tu bebe, me identifique muchisimo con tu historia.
que triste suele pasar mucho tu historia es mas comun y es lamenteble pero tu y tu bebe estan bien y eso es bueno en todo no queria hablar de mi primer parto pero veo que es mas comun casi todas a los 20 o 19 y muchos doc se aprovechan de eso pero tengo fe de que todo cambiara que dios te bendiga mucho…
Si gracias a Dios mi hijo es un niño super saludable. Pero esa primera experiencia fue lo que me impulsó a lograr lo que logré hace 5 meses, parir a mi segundo bebé después de esta cesarea. Esto fue solo el trampolín q utilice para lograr lo q yo sabía que podía «parir»