» Los demás pensaban que estaba loca y que era una terca. Recuerdo mi madre que me repetía una y otra vez que no todas las mujeres podían parir y que no podía encapricharme con algo que no podría lograr.»

Por: Franchesca Delgado

Desde que pasé la traumática cesárea de mi primer bebé dos años atras, desde ese día que me arrebataron a mi bebé de mi vientre supe que no quería JAMÁS volver a pasar por eso. Los siguientes meses después de mi cesárea entro a un maravilloso grupo en Facebook (Ambiente Maternal) en donde conozco a Adamarys Feliciano, mi ángel. Allí descubro lo que era un VBAC, no estaba embarazada aún pero sabía que eso era lo que quería y que Ada sería mi doula, siempre se lo dije aun sin pensar estar embarazada.

Cuando mi hijo cumple los 15 meses me entero que estoy embarazada, fue un embarazo no planificado pero bien recibido y bendecido. Comienzo a leer y a educarme. Fui a distintos médicos buscando uno que me apoyara, pase el 1er trimestre de mi embarazo buscando el SI que nunca encontre. Hablando con mi doula decidí que mi opción real era centro médico.

Saqué cita y comencé mi cuidado prenatal allí empezando mi segundo trimestre. No tenía apoyo de nadie de mi familia aparte de mi esposo y mi tía. Los demás pensaban que estaba loca y que era una terca. Recuerdo mi madre que me repetía una y otra vez que no todas las mujeres podían parir y que no podía encapricharme con algo que no podría lograr. Esas palabras y otras tantas de personas que no me entendían solo me daban más fuerzas para lograr mi sueño.

Viendo un video de un parto que asistió la partera Gina Dacosta, me enamore de como se vivía ese parto como si fuera suyo e inmediatamente la contacte, aun sin verla frente a frente sentí ese «click», solo vibras positivas me transmitían su voz. ¿Nuestro plan? «Labor Sitting» en mi casa y llegar lo más adelantada posible al hospital, solo a pujar a mi bebé. Muy confiada que todo saldría como quería seguí educandome, fui a clases de parto, fui a reuniones de ICAN, leí muchísimo, me cuide mucho y tuve un embarazo prácticamente perfecto.

Llegó la semana #41, fue una semana intensa, estaba entrando en «stress». Muchas preguntas pasaron por mi mente: «¿será mi cuerpo capaz de parir? La bebé no quiere salir, ¿Estaré lista?». Mi doula fue mi gran apoyo, mi todo esos últimos días, mi pieza clave . Cuando más pensé desesperar ahí estaba ella diciéndome justo lo que necesitaba escuchar. Recuerdo muy bien estas palabras: » Tienes que relajarte, hasta que no estes relajada no vas a parir…» Efectivamente, las escuché el mismo día que cumpli las 41 semanas, un miércoles, jueves me puse a limpiar y estuve todo el día hablandole a mi bebé, diciendole que mamá estaba lista, que estaba loca por conocerla. ¡Pasé un día «relax»!

Viernes a las 7 de la mañana me comenzaron dolorcitos, estuve todo el día con contracciones pero no tenían un patrón. Eran cada 15 minutos, cada 12, cada 20….. Como a eso de las 4 de la tarde llegó mi doula, estaba más relax, los dolores seguían pero no con un patrón. Como a las 6 de la tarde mi mamá se llevó a mi nene de 2 años. Aproveché y me metí a dar un buen baño con Ada llevando la cuenta de mis contracciones. Ni media hora después del baño me empezaron las contracciones con un patrón de 5 minutos, como dos horas después ya los dolores eran más intensos y como cada 3 a 4 minutos. Como a las 10pm llega mi partera, me chequea, todo esta perfecto y efectivamente estaba en parto activo, fue una noche intensa, hubo luz tenue, velas prendidas, masajes de mi doula, abrazos de mi esposo, silencio, palabras de amor y de apoyo. Recuerdo en un punto ya de madrugada decirle a mi doula que estaba cansada, que cuando se iba acabar. Jajajajaja

Muchos gemidos, sobos, el olor de las velas, eso era lo que me mantenía centrada. Caminé, me senté, me acosté, baile de lado a lado, me senté en la bola, comí, bebí, fui al baño… hice lo que quise. 5 de la mañana aproximadamente llenaron la bañera con agua calientita me metí y sentí un alivio inmenso. Allí estuve un rato, luego salí me acosté y me chequearon, ya estaba en 9 centímetros… wow fue lo único que pensé, ¡ mi cuerpo si funciona!

Ya es hora, nos trasladamos al hospital, llegué a las 6:20am, caminé hasta sala de parto, me verificaron y ya estaba en 10 centímetros. Era hora de pujar, se formo un corre y corre…. allí estaban mi esposo y doula conmigo. Comencé a pujar conectada con mi bebé, ya era hora de conocerla, cada pujo la acercaba más a mi, un último y gran pujo, salió mi bebé, estiré mis brazos la cogí y rápido la puse en mi pecho.

¡LA PARÍ, LA PARÍ! Llorando de la emoción fue lo primero que dije, me la pegué a mi pecho y admiraba lo hermosa que era. Sentí que volví a nacer junto a ella, me sentí poderosa, completa, llena. Como dice mi esposo, fue la experiencia más maravillosa de nuestras vidas, es un momento que jamás olvidaré, hoy siento que soy otra mujer. Nunca me cansaré de agradecerle a mi equipo, mi maravillosa Ada, mi doula, mi extraordinaria partera Gina, Diana que también es maravillosa, mi esposo y mi tía que es como mi madre. Parir luego de cesárea SE PUEDE, Mia Soleil llego a iluminar nuestras vidas y a demostrarme que todo tiene razón de ser y todo lo que se quiera de corazón se puede lograr.

«El «labor sitting» es cuando una partera, obstetra o asistente de partera adiestrada acompañan a la mamá durante el trabajo de parto en su casa. El propósito es verificar la dilatación de la mamá para que ésta llegue al hospital lo más adelantada posible y monitorear el bienestar del bebé.»

-Yarilís (Doula Bebé)