El punto de vista de papá

Por: Anónimo

«Si fueras mi hija, le haría la cesárea, él respondió. Ella, sólo aceptó y yo… ¿Quién soy yo para cuestionar a un profesional? Esa noche la pasó sola, no nos permitieron estar con ella. En la familia, nadie durmió pensando que algo podría pasar.»

Nuestro embarazo fue normal, y digo nuestro porque no solo a ella le dio mala barriga, a mi también. Al ser jóvenes pasamos por muchos cambios, nos tuvimos que acoplar a muchas cosas. Siempre dijimos que tendríamos un parto natural, la palabra cesárea nos causaba escalofríos. Nos atendíamos con un médico que en cada cita se preocupaba mas por hablar de temas de hombres conmigo que atenderla a ella, pero ignorantes al fin, confiábamos en él. Tuvimos un baby shower espectacular, cuna, coche, bouncer y ropa hasta que bebé tuviese DOS años, ahora lo recuerdo y sólo pienso lo ingenuos que fuimos. A ella jamás la habían hospitalizado, hasta el embarazo. Al final estábamos ansiosos por conocer a nuestro bebé, todos nos preguntaban cuándo nacería pero nunca decíamos una fecha, el Dr. tenía dos posibles fechas y nosotros ni entendíamos porque. La única educación que tuvimos fue la de tooodas las mujeres de nuestro alrededor que en algún momento habían tenido hijos y un libro, «What to expect when you are expecting»… ERROR!

Un martes la dejé en la oficina del médico a lo que llevaba a mi hermano al aereopuerto, quedaba a 10 minutos. Cuando regreso, lo que nunca había ocurrido, ocurrió, ya la habían atendido. Llegó a mi llorando, con una hoja de admisión al hospital, 38 semanas y la presión alta. ¿Cuán alta tenía la presión? Aún no tenemos contestación a esa pregunta, jamás la hicimos. Confíamos que nuestro bebé estaba en peligro y fuimos al hospital, por separado, yo no creía que había una emergencia, fuimos a nuestro apartamento y me bañé, al salir ella ya no estaba. Pues sí, se había ido sola al hospital porque según ella, «nuestro bebé podía morir», eso le había dicho el médico. Llegué a sala de partos y allí estaba, en sala de espera, no la dejaron pasar porque tenía todas sus maletas para la estadía. Me dieron todo y la alejaron de mi, molesta, pensando que algo estaba ocurriendo, yo aún no entendía nada. El médico llegó, me dejó pasar y nos anunció la cesárea sería al siguiente día, la presión estaba bien. De inmediato ella cuestionó ¿Entonces para que estoy aquí? La respuesta fue que si ya había subido una vez, ocurriría nuevamente, que la única forma de que no avanzara a preeclampsia era «terminando el embarazo». ¿Por qué no me induce? Dr. si yo fuera su hija, ¿Qué haría? Fue la reacción de ella!! «Tu cuello está cerrado y terminarías en cesárea, ¿Para qué hacerte sufrir ese dolor? Si fueras mi hija, le haría la cesárea, el respondió. Ella, sólo aceptó y yo… ¿Quién soy yo para cuestionar a un profesional? Esa noche la pasó sola, no nos permitieron estar con ella. En la familia, nadie durmió pensando que algo podría pasar.

Eran las 6am del miércoles cuando llegamos al hospital. Nos permitieron estar con ella antes del proceso, al verla, noté sus nervios, estaba pálida, eso no era lo que quería. A las 9am la llevaron a sala, nos separaron, ella iba llorando, pidiendo que le permitieran tenerme junto a ella pero era como si nadie la escuchara. Afuera nervioso esperé, pude entrar cuando ya el médico estaba a punto de sacar a nuestro bebé, ella continuaba llorando, preguntaba por mi y nadie le hablaba. Estaba amarrada, no tenía a nadie a su lado, las enfermeras y los médicos hablaban de temas triviales que ahora mismo, no recuerdo. En esa sala sólo habían dos HUMANOS, ella y yo! Inmediatamente entré, la besé en la frente. Le dije que ya estaba con ella, que todo iba a salir bien, dentro de mi, quería salir corriendo, allí la tenían, abriendo su vientre para «terminar con el embarazo» en lugar de presenciar un nacimiento. El médico tuvo que hacer mucha fuerza para sacar a bebé, ella decía que no podía respirar, que estaba mareada, tenía náuseas y nadie dijo nada. A las 9:55 am nació nuestro bebé, ella lloraba y pedía que se lo mostraran, todos en sala lo vieron antes que ella, yo lo cargué solo dos minutos para que ella pudiera darle un beso en su frente. Inmediatamente me sacaron de sala, a ella le bajó la presión, se «durmió», con esa imagen de ella me quedé. No pude caminar muy lejos de la sala, en el pasillo, llamé a nuestra familia para que vieran al bebé que les pasaría por el lado. Sentí que tenía que estar allí, sosteniéndo su mano mientras le cerraban la herida en su vientre. Pensé que no la volvería a ver jamás, no sabía realmente que estaba ocurriendo en ese lugar. Pedí que me dijeran si todo estaba bien y me enviaron a comer mientras terminaban con ella. Se suponía que fuera el día más feliz de nuestra vida y allí estaba yo, llorando en un pasillo de hospital, no porque mi hijo había nacido, sino porque temía por ella.

Cinco horas mas tarde la llevaron al cuarto, drogada, adolorida, hablando incoherencias, no podía ni abrir sus ojos. ¿Qué le habían dado? Ni tan siquiera pudo lactar a nuestro niño sin ayuda, entre una enfermera y yo, le acomodamos a bebé y mientras ella dormía nuestro hijo se alimentaba. La recuperación física fue buena, la emocional, nos tomó mucho tiempo. Aún hoy, luego de seis años, nos arrepentimos de tantas cosas, no puedo negar que ese día la vi con otros ojos, ella se sacrificó para que nuestro hijo naciera sano, al menos eso creímos cuando el médico nos planteó la cesárea como la única opción, HOY, sabemos que la historia pudo ser otra y ese parto nunca jamás lo recuperaremos.

7 pensamientos en “El punto de vista de papá

  1. Me parece fascinante el poder leer esta historia del punto de vista de papá. Hemos sido muchos los que hemos pasado por una situacion asi. Excelente relato, sentí que estaba allí.

  2. Comparto tus sentimientos, el medico de mi esposa empezó a insistir para la cesárea, mi esposa c negaba por q ella quería un parto natural. Luego de insultos d parte d su medico llego el día, cuando rompió fuente fuimos al hospital dilato hasta 10 centímetros, todo iba bien hasta q el medico empezó a decir q los latidos del bebe estaban bajitos y termino en cesárea. Luego descubrimos q el medico pudo haberla dejado para q el bebe naciera naturalmente, solo q el no quería pasar otro fin de semana en el hospital según en una de sus rabietas le había mencionado a mi esposa en su oficina semanas antes del parto.

  3. Mi experiencia fue parecida pero viceversa. Ya tenia 41.5 semanas cumplidas y el dr me decia q todavia habia tiempo el mismo dia q cumplo las 42 y x insistencia mia me inducen y estuve 20 hr con contracciones corridas no terminaba una para empezar la otra y sola pues a mi esposo ni a mi mama los dejaban entrar despues d todo ese tiempo a las 11pm habia dilatado .5 cm y el medico me decía q esperaramos a la mañana mientras el monitor(el cual se leer) veia como la bajaban las palpitaciones a mi bb le insisti y d mala gana acepto y cuando me hacen la cesaria la bb estaba enrredada en el cordon llegamos a esperar y se me moria mi bb solo x no llamar al anesteciologo a esa hora pues esa fue su respuesta. A veces es mejor confiar en tu instintos d madre q escuchar a ti medico

  4. Con punto de vista de Medico, les relato esto. Muchas personas piensan que nosotros como medicos hacemos las cosas para descomplicarnos y salir de el «paciente» rapido. Se equivocan. Muchas de las decisiones tomadas son por el bien de cuyo paciente pues nuestro trabajo es prolongar vida mientras este en nuestras manos y la voluntad de Dios. Y si dije Dios. Pues para muchos de nosotros, El es la mano que nos guia. No les oculto que si hay medicos profesionales que le gustan las cosas a su manera pero les digo esto, esos usualmente son los que en un momento critico haran las cosas correctas y salvaran una vida. Creemelo. Que Dios los bendigacon mucha salud.

    Dra. Rivera

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