Sección: Crónicas de una partera aprendiz.
Llegué a mi casa de una guardia hace como 2 horas y mientras acurruco a Amar en mis brazos sentada al lado de Eliam aprovecho para escribir de mis nuevas aventuras, de las maravillas del parto, de todo el aprendizaje que estoy teniendo. Y, sino me quedo dormida ya pronto estarán leyendo estas nuevas crónicas.
Luego de las primeras 3 semanas en la clínica asistiendo a muchos partos llegó la hora de empezar a «cachar» bebés, de empezar a ser primaria en los partos. En Maternidad La Luz la partera primaria es esa que está con la parturienta desde que llega dándole apoyo, monitoreando la salud de mamá-bebé, es quien recibe al bebé y la placenta y quien está con ellos durante sus 4-6 horas de posparto inmediato observando y monitoreando que todo está bien con ambos.
Ya mis manos han recibido en múltiples ocasiones, de cada uno guardo una historia, de cada proceso escribo en mi pequeño libro de recuerdos. Cada día me levanto agradecida por poder estar aquí con mi familia, aprendiendo el arte de la partería, haciendo lo que desde que tengo memoria me ha apasionado, creciendo como profesional y obteniendo cada día más herramientas para llegar equipada a atender todas esas mamis que me esperan en Puerto Rico. Sí, sigo teniendo en planes volver a Puerto Rico… a veces algunas me leen tan a gusto acá y saben lo bien acoplados que estamos que me preguntan si voy a volver, jejejeje.
Volviendo a los partos…. ¡que maravilloso es el cuerpo y que sabio es Dios al crearlo perfectamente! Les cuento de esa primera bebé que mis manos recibieron. Durante el parto monitoreamos entre otras cosas que los latidos del bebé estén bien durante el proceso. Me encontraba monitoreando a esta mamá que con mucha paz respiraba entre sus contracciones sin realizar gestos ni sonidos y en medio de ellas dialogaba con su esposo como lo haría en cualquier otro momento. Pensé “este proceso pudiera durar algunas horas más, así que voy a almorzar rapidito ahora que la mamá está muy bien para que no me de hambre cuando ya no quiera dejarla sola”. Así que salí a la cocina a calentar mi comida y no hago más que abrir el envase que me llama su esposo para que fuera al cuarto. Cuando entro al cuarto la parturienta me dice con muuuucha tranquilidad “la cabeza está saliendo”, así como me hubiera dicho “me puedes dar un poco más de agua”. Ella estaba acostada y antes de salir a tratar de comer yo la había arropado, así que con mucha tranquilidad levanto la sábana para encontrarme con la sorpresa de que, SI, la cabeza estaba saliendo…. De hecho, ya había salido. Me siento a su lado a la vez que llamo al “Birth Team”, cuando ellos entraron alguien me puso un guante en una de las manos y empezó a salir el cuerpito. Sin pujos, sin fuerzas, sin sonidos, sin moverse, literalmente el útero y la bebé estaban haciendo todo el trabajo. Así que con un guante en mano y con la otra mano “desnuda” recibí esa bebita para pasarla inmediatamente al pecho de su mamá. Por días hablábamos del parto, del hecho de que la mamá estaba 100% normal y de cómo esa beba nacía solita. Luego de este mis próximos 3-4 partos fueron rápidos y perfectos. No les cuento de cada uno porque si no solo de 1 mes y medio saldrían como 5 crónicas….jejejeje
Cada parto tan único y con tantas enseñanzas, cada mujer y bebé tan fuertes y a la misma vez tan delicados, tan perfectos, cada proceso maravilloso, milagroso, segundos en donde respirar o no hacerlo parecen eternidad. Minutos en donde los ‘no puedo más” y ” los yo si puedo” son escuchados al mismo tiempo. En donde tienen frío y cuando las estás arropando ya tienen calor. En donde se duermen profundamente en el mismo minuto que dejan de pujar con todas las fuerzas de sus entrañas. Un tiempo en donde se trastocan también la vida con la muerte. En donde la mujer tiene que morir a ella misma, rendirse, entregarse, dejarse llevar para poder abrirse, romperse, y dejar salir vida. Y cuando sale esa vida que estaba dentro de ella, vuelve ella también a renacer y con ella todos los que presenciamos ese milagro, ese momento único, nos alegramos, damos gracias por estar ahí.
Maternidad La Luz es una escuela para parteras ‘hands on”, aprendemos mediante la práctica, tomamos clases también pero en los partos se nos pueden presentar situaciones de las cuales vamos a tener la clase en 3 meses, por decir un ejemplo. Por eso siempre contamos con 1-2 parteras con experiencia en la clínica. Es a ellas a las que acudimos si tenemos dudas, son ellas quienes nos guían y nos enseñan ante situaciones que no sabemos manejar solas o complicaciones que nos pudieran preocupar.
Estaba atendiendo a una parturienta, multípara, durante su proceso de parto. Ella estaba en paz, estaba feliz porque pronto conocería a su beba. Llegó a la clínica en parto activo, rompió fuente y no mucho tiempo después empezó a pujar como su cuerpo le decía, instintivamente. Luego de un tiempo de estar pujando pero de no ver progreso con el descenso de la bebé recomendamos un cambio de posición. Luego del cambio inmediatamente empezamos a ver pelito, sin duda alguna el cambio de postura le ayudó. Coronó, nació la frente, luego nació hasta la nariz y finalmente salió la cabecita con unos cachetes enormes. En la próxima contracción, nada, no hubo cambio así que dirigiéndome por la partera/maestra empiezo a maniobrar para ayudar a que la bebé naciera. Era una distocia de hombros, esto es cuando uno de los hombros no logra pasar por debajo del sínfisis púbico, parte anterior de la pelvis…. Pasaba el tiempo y la cabecita de la bebé se ponía cada vez más morada. Con las maniobras íbamos teniendo resultado pues había un poco de movimiento pero era poco a poco. Tres minutos pasaron maniobrando desde que la cabeza nació hasta que finalmente nació el tan esperado cuerpo. Inmediatamente la pasé al pecho de su mamá y empecé a tratar de estimularla pues no teníamos ninguna respuesta de la beba. Mi asistente cortó el cordón y se llevó a la bebé al área preparada para resucitación neonatal. Yo me quedé con la mamá, hablándole, calmándola, velando el sangrado y esperando por la placenta. Le digo ‘llamen a su bebé, háblenle” a lo que el papá responde caminando hacia donde estaba su bebita y gritándole su nombre. Y ella empezó a llorar, no hubo que hacer nada. Tras el susto la familia se alegra por su llanto y se asombran de cuan obediente fue la bebé al llamado de su padre, o quizá fue que se asustó con el grito. Así pasamos el posparto, riéndonos sobre ese detalle. La hermosa bebé por la cual todos nos alegramos al escucharla llorar pesó 10.12 libras y midió 23 pulgadas. En la clínica habíamos tenido algunos otros bebés de 10 libras durante el tiempo que he estado aquí pero esta ha sido la más grande. Y añadiendo un paréntesis, el peso de un bebé no es excusa para una cesárea ni para intervenciones rutinarias, todos esos otros bebés de 10 libras nacieron perfectamente sin necesidad de ninguna intervención.
Y, ¿porqué entre tantos hermosos y perfectos partos escojo este para contarles? Porque es real, porque en los partos podemos tener complicaciones, pero para esas complicaciones las parteras estamos preparadas. Para esas complicaciones tenemos las herramientas. Y es precisamente para adquirir esas herramientas que estoy aquí, estudiando, aprendiendo… porque fuera de esto el parto es perfecto, y para un parto perfecto no se necesita mucho, solo apoyo, guía, espacio, amor…
Hechos interesantes acerca de mi tiempo en la clínica:
· De todos los bebés que he recibido hasta ahora solo 1 ha sido varón, el resto ha sido niñas.
· Fui la primera y hasta ahora soy la única que puede hacer pelvimetrías/ exámenes vaginales sin supervisión directa pues ya hice la cantidad que necesitaba hacer bajo supervisión.
· En mis primeros 3 meses hice 53 citas prenatales, 19 citas posparto, 12 citas iniciales (la primera vez que llegan a la clínica para empezar a ser nuestros clientes), 10 verificaciones de parto (cuando una mujer llega con algunas señales de parto y he estado en muchos partos como primaria, como asistente o como documentadora.
· Desde finales de septiembre hasta agosto he hecho 28 guardias de 24 horas corridas. A ese tiempo de aprendizaje le podemos sumar el que tengo clases 2 veces por semana y reuniones para discutir los partos 1 vez en semana.
· Pasé con buena puntuación el examen del primer quarter.
P.D. Amar está dando sus primeros pasitos y ya está comiendo, aun me sigo sacando leche y dejándosela para cuando estoy en las guardias. Eliam está fuerte y repitiendo cosas en inglés aunque no sé ni si sabe lo que dice. Jajaja Ambos cada día más grandes y hermosos.
Recibiendo bebés con manos llenas de amor,p
Yarilís
Awwww me encanta leerte. YARILIS!!! Bendiciones!!! Una vecina de Texas, Lol!!!