Por: Heidi Hernández
Ese día comprendí la grandeza de Dios. Aprendí a amar, respetar y valorizar mucho más a dos mujere: A mi madre y a mí.
Tuve un embarazo muy bonito. Nada de mareos, ni la llamada «mala barriga». Lo mío era comer y dormir. Cada semana, disfrutaba pasar horas mirando cómo se movía mi pipita, cada vez con más fuerza. .
Pero tenía un temor inmenso al momento del parto, a los medicamentos, a una cesárea (la cual no quería) a que no me dieran el bebé rápido para lactarlo, en fin, todo me preocupaba y causaba ansiedad. No leí libros, pero no hubo madre o embarazada que yo no interrogara.
Un viernes 13 de julio, faltando 2 días para comenzar mis 39 semanas mi Doctor me hizo el STRIPPING; famoso truco mágico con los dedos para inducir. El médico sólo olvidó un detalle; no me lo dijo claramente y yo andaba tan ansiosa en esos días que ni le pregunté qué me estaba haciendo. Cuando se despidió me dijo: «nos vemos el martes, si no rompes fuente en el weekend».
Esa misma noche sentía que algo pasaba en mi cuerpo. Comencé a sentir contracciones pequeñas y deseos frecuentes de orinar. Comencé a botar el tapón, pero ingenuamente pensaba que eso significaba que quizás el domingo o lunes estaría de parto. Je, je, primeriza al fin.
Cuando le tomé el tiempo a las contracciones no duraban ni 30 segundos pero eran cada 2 minutos, y como eso no era lo que había aprendido en las clases de parto pensaba que aun no era tiempo de ir para el hospital.
A eso de las 12:00 de la media noche, el papá de mi príncipe, muñeco, galán, amor de mi vida, quería llevarme al hospital pero yo me rehusaba. Decía q hasta q no amaneciera no iba para allá porque me iban a dejar acostada y yo no quería. Yo quería caminar y caminar y así lo hicimos. Era la 1:00am y nosotros caminando por todo el estacionamiento del lugar donde vivo. Hablamos de todo, menos del parto…
A las 4:00am sentía que ya no aguantaba más, las contracciones seguían en igual ritmo pero cada vez más fuerte. En ese momento entendí que era tiempo de irnos al hospital. Estando ya de camino, pensé en que al llegar, pediría pitocina, epidural, demerol y hasta cesárea. Lo único que quería era que el dolor se detuviera.
Llegue en 3cm al hospital y ahí ya se encontraba esperándome mi ángel guardián, mi mejor enfermera, mi doula, mi doctora, si… Mi Mamá. Ella también estuvo en el proceso de parto y confieso que si ella no hubiese estado, con toda probabilidad yo me hubiese rendido y pedido algún medicamento o hasta cesárea.
El papá de Diego Armando jugó un papel importantísimo, pues en todo momento lo escuchaba y veía pidiendo a Dios fortaleza para mí y que no sufriera. Pero mirar a mi madre a los ojos en cada contracción era lo que me ayudaba a concentrarme. Sus palabras me ayudaban a respirar como debía y cuando apretaba su mano sentía la presencia de Dios en aquella sala de parto. No la solté ni un sólo minuto. En mi mente pedía a Dios que no me dejara sola, y de inmediato, ella se acercaba y me decía: «Dios esta aquí contigo, no estas sola».
Llego el medico de turno, pues el mío estaba DE WEEKEND (jaja ¿gracioso no? ) cuando me evaluó estaba ya en 9cm y en lo que el fue a cambiarse de ropa, rompí fuente. Ahí fue que supe que faltaba poco para que llegara mi niño a mis brazos. Se acercaba el momento que tantas veces había imaginado.
A las 8:47am nació Diego Armando. El verdadero amor de mi vida. Verlo por primera vez fue impresionante. Cuando lo pusieron en mi pecho hizo silencio como por arte de magia y ahi pasó horas acurrucado conmigo, sin quejidos ni llantos. En aqule momento, sólo éramos él y yo, mirándonos, oliéndonos…
Ese día comprendí la grandeza de Dios. Aprendí a amar, respetar y valorizar mucho más a dos mujere: A mi madre y a mí. Me sentí «Wonder Woman». Sentía que tenía el mundo a mis pies, que si pude con eso, puedo con todo. Y así ha sido… Soy una primeriza mamacita orgullosa de mi parto sin medicamentos que vive totalmente enamorada de su galán.
Fuistes y sigues siendo una campeona como mama, es mas eres «Súper Mom» y ese gala de novela que tiene a toda la familia y al q no es familia echulao será siempre tu razon de vivir y dar el máximo de ti. Estoy orgullosa de la Hermosa Madre que eres con Diego Armando y se que será hasta que sea un hombre de provecho y decida realizar su independencia divo si para ese entonces mama lo deje jajajajaja. Los quiero un mundo a los dos.
Hermoso relato, como hermoso es tu amor por tu hijo y tu familia! Dios los bendiga a toditos!
Mi Querida Heidita:
Aún recuerdo como el día de mi Baby Shower, te miré y dije la próxima eres tu. Soltaste una carcajada de esas tuyas que me encantan y te caracterizan y me dijiste:»Estas loca tu». Y sabes! ya tenías en tu vientre a tu príncipe y aún no lo sabías. Bebé llama a bebé y el día que te dije eso, no se por cual motivo lo hice, sólo se que te miré y así lo vi. Cuando me pasaste un texto para decirmelo unos cuanto días a trás, no se si me invadió la nostalgia, melancolalía de «nos estamos haciendo «mamasitas». Somos grandes!!! Ya no somos las niñas que jugabamos, soñabamos con artistas o vestiamos a la moda! AHORA IBAMOS A SER MADRES!
El virus de mi embarazo contagió a muchas amigas, más de seis, sin embargo una de las alegrías mayores fue el saber sobre tu embarazo. Recuerdo decirme a mi misma, «Señor gracias por Bendecirla, y otorgarle el privilegio de ser MADRE, ya nunca más estará sola en la vida.
Cuando mi embarazo llegaba a sus postrimerias, me invadías de preguntas y yo las contestaba lo mejor posible, ya que al igual que tu, Dio me regaló un embarazo hermoso y no sabía lo que era la «Mala Barriga».
Recuerdo cuando parí, me llenaste de interrogantes y te dije: creo que cada matenidad y alumbramiento es un libro diferente, cuando llegue tu momento lo sabrás. Me mirabas con aquella carita de espanto y yo reí y te dije que fueras VALIENTE, que yo sabía que tu ibas a poder lograrlo. Parir tiene muchisima ventajas que en pleno siglo XXI muchas mujeres ignoran. En el fondo yo siempre supe que ibas a dar la milla extra, porque en cada reto que te propones en tu vida, siempre logras alcanzarlo con creces!
Entonces digalo usted misma… Soy mujer, soy valiente, soy madre, PARI… Soy «Wonder Woman».
Te Adoro Hermanita de la Vida!!!!
Karola